martes, 11 de noviembre de 2008

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QUE SON LAS IMECAS

que son las imecas

El índice metropolitano de calidad del aire (IMECA) fue creado con las finalidad de que la población en general comprenda los niveles de contaminación existentes en el aire. Esto a través de la implementación de una escala igual para todos los contaminantes según su capacidad de ocasionar molestias al ser humano.
Descriptores del índice metropolitano de la calidad del aire:
Descriptores del índice metropolitano de la calidad del aire
IMECA
Calidad del Aire
Efectos en la Salud
0 - 100
Satisfactorio
Situación favorable para la realización de todo tipo de actividades
101 - 200
No Satisfactorio
Aumento de molestias menores en la población sensible
201 - 300
Mala
Aumento de molestias e intolerancias relativas al ejercicio en la población con padecimientos respiratorios y cardiovasculares; aparición de ligeras molestias en la población en general
301 - 500
Muy Mala
Aparición de diversos síntomas e intolerancia al ejercicio en la población en general

Se tienen niveles establecidos de concentración y tiempos de exposición de los contaminantes donde el ciudadano promedio puede desenvolverse sin que se afecte de forma significativa su salud. Estos niveles son establecidos por las Normas Oficiales Mexicanas para la Calidad del Aire. Los niveles de la norma ambiental para cada contaminante son diferentes, ya que la vulnerabilidad del ser humano es diferente ante cada tipo de contaminante. El IMECA toma el valor de concentración y el tiempo de exposición que establece la norma ambiental para cada contaminante y lo asigna a los 100 puntos IMECA. De esta manera para cualquier contaminante se tiene la misma escala de ponderación en la unidad adimensional del IMECA.
Concentraciones que equivalen a los 100 puntos IMECAS
Contaminante
I. Lo que nos dicen
En este asunto de los Imecas, la contaminación y la salud, se nos repite con insistencia que tanto los Imecas como las políticas de gestión y control de la contaminación atmosférica han sido "diseñados" para facilitar la participación ciudadana. Sin embargo, hay un buen número de asuntos en los que no queda nada claro cómo se tomaron las decisiones ni, menos aún, cuál es su significado real para la protección de la salud de los mexicanos (art. 4º constitucional). Por cierto, no hay que olvidar que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) –de la que nuestro país es parte-, salud es el "estado de perfecto bienestar físico, mental y social y no solo la ausencia de enfermedades".
Por lo que toca a los Imecas, habría que ver entonces si hay una explicación, al menos digna, para los siguientes asuntos:
a. Exposición aguda vs exposición crónica
La interacción entre un compuesto tóxico y un organismo –en este caso entre los contaminantes atmosféricos y los seres humanos- puede ocurrir principalmente de dos formas: de manera ocasional y por lapsos breves, aunque las concentraciones de as sustancias pueden ser muy altas (exposición aguda), o bien durante un período prolongado, aunque las concentraciones sean muy bajas (exposición crónica). Está perfectamente demostrado que, en el segundo caso, las concentraciones del tóxico que son necesarias para causar daño se reducen muchísimo, aunque el daño no será inmediato (agudo), sino que podrá tardar años en manifestarse, esto es, será "crónico". El daño agudo puede incluir signos y síntomas graves, inclusive causar la muerte; en contraste, los signos y síntomas de un daño crónico al principio no son graves, con facilidad pasan desapercibidos o se confunden con los de diversas afecciones y usualmente es difícil asociarlos con una causa específica, pero sus resultados –por ejemplo, enfermedades coronarias, asma crónica o afecciones neurológicas- con frecuencia son de gravedad o, peor todavía, irreversibles. También pueden causar la muerte, sólo que con mayor sufrimiento para el afectado y su familia y mayores gastos y repercusiones adversas de tipo familiar y social. Dicho de otro modo, no es lo mismo morirse de un balazo que de cáncer, ni dedicar el patrimonio familiar a educación y diversiones que a la atención de una enfermedad crónica.
Entonces, es evidente que los criterios de prevención del daño no pueden ser los mismos en la exposición aguda que en la crónica, tal como los daños no serán del mismo tipo, ni las concentraciones del tóxico similares, pues en la exposición crónica son siempre menores.
Esto viene a cuento porque la relación de los Imecas tiene un parecido sorprendente con los valores que en otros países se usan para determinar cuándo hay una emergencia ambiental, o sea, un episodio agudo de contaminación en el que las concentraciones de los contaminantes atmosféricos se elevan rápidamente. Si esto es así, ya podrían irnos explicando las autoridades del caso con cuáles razones justifican que los niveles de contaminantes que en otros países se consideran "seguros" para ocasiones excepcionales, en el nuestro sirvan para "garantizar" la salud de unos 20 millones de personas expuestas cotidianamente a esas concentraciones elevadas de contaminantes.
Claro que, además de ser técnicamente correcta, esta explicación debería estar en un lenguaje adecuado para el nivel promedio de escolaridad de los habitantes del DF y sus alrededores.